Se ha comprobado que las personas con discapacidad son normalmente excluidas de todas las que convencionalmente se consideran como las fases del ciclo de la gestión del riesgo de desastres. En la fase de análisis, las personas con discapacidad son invisibilizadas y no forman parte de los procesos de planificación. En la fase de reducción, las personas con discapacidad son efectivamente excluidas de los sistemas de alerta y alarma, los planes de emergencia y los procesos de capacitación. En la fase de respuesta, los sistemas de información y comunicación resultan inadecuados, no se consideran sus necesidades específicas en los procesos de evacuación y los albergues temporales no suelen presentar condiciones mínimas de accesibilidad. Finalmente, en la fase de recuperación, las personas con discapacidad son excluidas de la toma de decisiones y sus necesidades particulares son ignoradas. Para impulsar la participación efectiva y la inclusión de las personas con discapacidad surge este Red de Gestión Inclusiva del Riesgo de Desastres de Latinoamérica y el Caribe.